Motivar, esencial para garantizar el éxito
La motivación es el motor que nos impulsa para conseguir algo o realizar una actividad, pese a los inconvenientes que nos podamos encontrar. Se trata, pues, de un factor clave para todo deportista en general. Por lo tanto, mantener motivado al cliente es vital para que continúe entrenando y utilizando nuestros servicios. Por esta razón, debemos tenerlo muy en cuenta.
Hoy nos centraremos en cómo motivar a tus clientas y ayudarlas a conseguir sus objetivos, aumentando su confianza y mejorando su percepción respecto a tus servicios. Lo primero que debemos tener en cuenta es la personalidad del propio cliente, pues no todo el mundo tiene los mismos objetivos y se pueden motivar de la misma forma.
Motivar y facilitar la automotivación
La primera función del entrenador, por lo tanto, es descubrir cuál es el centro de esa motivación. Para algunas personas la competencia externa, una base comparativa, es la principal motivación. Otras, sin embargo, únicamente compiten contra sí mismas, buscando superarse y se motivan de forma intrínseca. Algunas deportistas, por su lado, encuentran motivación en la actividad que están haciendo, por simple disfrute. Como podéis observar, hay muchos tipos de motivación y se pueden combinar entre ellas.
Una vez sepamos cuál es la motivación, debemos encontrar las herramientas para explotarla. Pero no sólo para mantenerla activa, sino para que los deportistas mismos sean capaces de hacerlo por sí mismos. Esa es la principal función de la entrenadora, generar las condiciones necesarias para que el usuario pueda automotivarse.
Creatividad y atención para motivar
Una de las mejores formas de motivar es planteando objetivos a corto plazo que sean asumibles. La frustración de muchos deportistas parte de no tener un objetivo inicial claro, con lo que no se sigue una pauta. Y, por otro lado, cuando los objetivos son a largo plazo y complicados, generan hastío y se acaba abandonando. Con un control personalizado del progreso e informando sobre él, el deportista se sentirá bien, feliz de ir quemando etapas y ver una evolución positiva.
Es importante también apoyar a la deportista, generando confianza en sí mismas. Una herramienta muy útil es valorar el esfuerzo, animar y gratificar mediante la palabra cuando se consigue un objetivo. Unas buenas palabras pueden tener consecuencias muy positivas para el que las recibe. En esta línea, las clases reducidas son de gran ayuda, pues tener otros compañeros motivando y con objetivos parecidos aumenta el positivismo dentro de nuestras clases. Además, de esta forma se genera cierta competitividad que les motivará a superarse.
Variar nuestras rutinas y ejercicios es otra buena manera de motivar. Hacer los ejercicios más amenos, divertidos u originales harán que la sensación de monotonía sea menor y propondremos nuevas metas a superar. De nuevo, las clases reducidas pueden ayudarnos en este aspecto, porque podemos conseguir más dinamismo en nuestras rutinas, así como crear una comunión entre los participantes y la profesional.
Y, por último y no menos importante, hablar con el deportista. Informarle de para qué se hacen una serie de ejercicios, cuáles pueden ser los beneficios y mantener una relación donde puedan participar serán unas buenas herramientas para motivar al usuario. Todo ella conseguirá que su satisfacción con nosotros sea mayor y se genere una interacción rica, generando mayor sentimiento de comunidad en nuestro negocio. Sin contar la satisfacción de un trabajo bien hecho y de haber ayudado a una usuaria a lograr sus objetivos.
La satisfacción, la mayor recompensa
Como podéis ver, existen diversas maneras de motivar y ayudar a los clientes a conseguir sus objetivos. Poco a poco, el entusiasmo por lograr ciertos objetivos, ligado a la autosatisfacción por conseguirlo harán que nuestros clientes estén satisfechos con nuestro trabajo, generando buenas dinámicas. Además, esto puede motivarles a atraer más público, vista la eficiencia de nuestras actividades.