Consejos para el entrenador que viene
En el último post en redes sociales empezamos con una cita de Michael Boyle que decía así: “Si estás haciendo los mismos entrenamientos que hace un año, tómate el pulso no vaya a ser que estés muerto”. Y tal frase nos inspiró para hacer este post. Porque es una realidad. En una ciencia como en la que trabajamos, en constante cambio y evolución, no puedes estar haciendo siempre lo mismo.
Una formación constante y de calidad ya no es un plus en nuestra carrera, sino que va a ser algo indispensable a corto y medio plazo. Sin una base de conocimiento sólida, no podremos ejercer nuestra profesión de la manera adecuada. Por eso, para tratar de ayudar, queremos ofrecer unos pequeños consejos para el entrenador, basadas en situaciones que todos hemos vivido o viviremos durante nuestra carrera y que nos pueden ayudar a crecer, si sabemos aprovechar esas experiencias de la forma adecuada.
No te quedes atrás
Como acabamos de decir, la formación continuada va a pasar a ser un pilar fundamental. Muchos hemos descubierto que saber sobre entrenamiento conlleva más dolores de cabeza y esfuerzo del que nos imaginábamos en un principio. Y, cuando hemos creído que ya teníamos una buena formación, un conocimiento sólido sobre músculos, articulaciones y entrenamientos, nos damos cuenta que aún queda mucho camino por recorrer y empezamos a cuestionarnos.
Empezarse a cuestionarse todo no es malo, pues es una fantástica base para replantearse conocimientos y buscar respuesta a preguntas. Es un momento que puede ser difícil, pero que nos ayudará a dar un salto en nuestra formación y carrera profesional. Tener la capacidad de aceptar otras visiones y no cerrarnos en banda será una herramienta fantástica. Porque de todo se aprende.
Funciona, pero no funciona
Contradictorio, ¿verdad? En primer lugar, hay que tener en cuenta la ingente información que podemos encontrar en internet. Porque hay que saber discernir aquella basada en fundamentos sólidos, de aquella que no. Existe, en definitiva, mucha cultura popular alrededor del fitness. Y esto es algo que afecta, sobre todo, a varios clientes. Hay que saber orientarlos e informarles de la forma adecuada.
En esta línea, es esencial también tener en cuenta que cada cliente es diferente, y también ellos deben saberlo. En un inicio, alguien con una experiencia deportiva mínima, obtendrá mejoras en sus capacidades con poco que hagamos. Sin embargo, cuanto mejor son las condiciones de los deportistas, más grado de precisión se necesita para estimular de forma correcta al cuerpo y conseguir mejoras. Es importante saber esto, porque cuando no se logran mejoras teniendo un entrenador personal, el deportista puede empezar a dudar y frustrarse, al no entenderlo. Así que, a veces, todo funciona y nada lo hace.
Movimiento, funcionalidad y menos “caña”
Como repasamos en esta entrada, el movimiento es una de las mayores claves para no llegar a realizar ejercicios sin sentido claro. Como profesionales de la educación física, debemos procurar entender mejor el movimiento, debemos enseñar y orientar a las personas a moverse de forma eficiente y segura. Anatomía, fisiología y cinesiología son disciplinas que nos ayudarán en esta faceta.
Los entrenamientos funcionales, pese a repetidos en diversos lugares hasta la saciedad, es aquel que nos ayuda a producir mejoras en esos movimientos. A partir de mejorar esa capacidad, podemos ir más allá, tratar de lograr otros objetivos. El control del propio cuerpo es básico, tanto para ganar en habilidades motrices, seguridad y entender cómo ejecutar los ejercicios de la forma adecuada. Movimiento, postura y luego, lo que venga.
Pre-entrenamiento
Lo dicho anteriormente vale para este punto. Antes de iniciar cualquier entrenamiento, debemos asegurarnos de detectar y subsanar posibles déficits funcionales que puedan limitar la realización correcta de algún movimiento, tal como recuerda Alfonso Barrie, profesional experimentado de la educación física. Antes de nada, es necesario observar si nuestro deportista tiene una movilidad y estabilidad adecuadas en las articulaciones o si se dispone de control motor y orquestación neuromotora para ejecutar las actividades.
El profesional de la educación física y el fitness tiene un papel cada vez más relevante en nuestra sociedad, como apoyo a la hora de mantener un estilo de vida activo y saludable. Es decir, tiene peso a largo plazo en la salud de muchas personas. Debemos darle la importancia que tiene y estar realmente preparados para dar el mejor servicio posible. Formarse, aprender lo máximo e ir mejorando serán claves en la preparación de una profesión cada vez más especializada e importante.