Plan de carrera: alcanza tu ROI amplificando tu ROL (return on learning)
Un artículo de Manel Mazaira
Somos las historias que nos contamos.
Hoy en día nos contamos que existe un nuevo paradigma educativo, el Lifelong Learning, o aprendizaje a lo largo de la vida. Un aprendizaje que se va ajustando a los conocimientos, habilidades y necesidades coyunturales de la persona y del mercado. ¿Cómo podemos afrontar esta revolución educativa influenciando positivamente en nuestra carrera? Todas las vasijas tienen dos asas, tú decides por qué asa quieres cogerla: no existe una sola fórmula magistral, sí unos pasos que has de tener en cuenta a la hora de cómo vas a cogerla. No es fácil tomar una decisión, por eso es clave hacerse las preguntas adecuadas.
«Da igual donde vayas, tú te llevas contigo mismo»
Motivación
El primer y esencial paso para planificar nuestro plan de carrera es algo muy simple y complejo a la vez de conocer e implica un buen nivel de autoconocimiento: «Qué nos mueve en la vida». Tomamos decisiones a base de nuestras necesidades, ya sean materiales, de conocimiento o afectivas. Tienes que valorar si en esa toma de decisiones te dejas llevar por el primer impulso instantáneo (motivación espontánea) o valoras la conveniencia de esa acción, aunque no exista una experiencia anterior (motivación racional). Detrás de cada decisión siempre existe un motivo. Según J.A. Pérez López podemos agrupar esos motivos en Extrínsecos (dinero, fama, reconocimiento…), Intrínsecos (aprendizaje, reto…) y Trascendentes (dirigidos a otras personas: amigos, familia, colegas, a la sociedad…). Los tres pueden estar simultáneamente presentes en una decisión, con un peso diferente. Si bien dándole un mayor peso a los motivos trascendentes obtendremos una visión más completa y equilibrada, es importante conocer en qué punto te encuentras como punto de partida.
Reskilling o Upskilling
Una vez conocemos las motivaciones, tenemos que decidir si queremos formarnos en un rol completamente diferente al actual, aprendiendo nuevas habilidades para poder hacer un trabajo diferente (Reskilling) o bien nuestra intención es aprender y potenciar aquellas que nos ayuden a ser más competitivos en nuestra área (Upskilling). En ambos casos, esto implica adquirir nuevas habilidades, ya sea para potenciar las oportunidades de nuevos proyectos de futuro dentro de una organización o bien para ser más competentes en los actuales.
«Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre »
Gandhi
¿Especialista, generalista o polímata?
En ocasiones, si queremos ganar reconocimiento, autoridad y prestigio, tenemos que optar por especializarnos en aquello que sabemos hacer mejor. Pero también es cierto que al formarnos solo en un dominio específico corremos el riesgo de que este vaya a cambiar más pronto que tarde. En un mundo actual BANI la hiperespecialización cada vez tiene menos cabida. Cabe decir que tenemos la posibilidad de abordar nuestro aprendizaje en un contexto más holístico. Los profesionales generalistas pueden partir con ventaja al disponer de una visión y conexiones más amplias.
Has de tener en cuenta que hoy en día las empresas del sector buscan, cada vez más, personas con capacidad de pensamiento crítico y transversal. Los perfiles tipo «T» o «M» ya forman parte de la columna vertebral de las grandes compañías. Tienen la capacidad de poder aplicar ese conocimiento en diferentes dimensiones y ámbitos, descubriendo nuevas oportunidades al tener una mayor capacidad de valorar «la gran foto». Y ensanchando su perspectiva de forma continuada y mejorada, consiguen una propia ventaja competitiva gracias a ese aprendizaje transversal.
No existe, en conclusión, una única vía a la hora de planificar tu carrera. Puedes perfectamente focalizar tu vida laboral en la especialización. Aun así, en el actual paradigma educativo, la diversificación, la polimatía y las ciencias humanistas no son ya una opción, sino una necesidad.